A mi me ha funcionado a lo largo de los años así que lo ofrezco como una opción más a las demás que también existen.
Como propagador se puede utilizar casi cualquier contenedor que tenga la posibilidad de cerrarse y abrirse facilmente.
Algunas personas prefieren utilizar frascos de vidrio y los cierran herméticaemente. Yo considero que ese método retrasa sustantivamente el crecimiento de las plántulas porque el oxigeno al interior se agota relativamente rápido, y en general hay una nula aireación para las raíces.
Según mi opinión, es preferible utilizar cajas de plástico con tapas translúcidas. Esto permite tapar/destapar con gran facilidad, en caso de alguna emergencia, como un posible ataque de hongos.

Estos contenedores los venden en cualquier supermercado y su precio es muy bajo. Para almacenar comida deben ser pésimos (ni se diga para el microondas), pero para usarlos como propagadores están perfectos. Lo ideal sería alguno con tapa sin color, pero al no haber, lo ideal aquí fue elegir amarillo, puesto que otros posibles colores como rojo, azul o morado filtran más la luz que el amarillo.
Contrario a la idea de que el micro entorno que se pretende crear al interior del propagador debe estar herméticamente aislado (como en el caso de la propagación con ayuda de frascos de vidrio), yo considero que es mejor permitir la entrada de oxigeno fresco y la salida de exceso de humedad mediante perforaciones en la base del propagador.

Esto permite que se pueda auto regular en cierta medida, y que las raíces de las plántulas tengan la posibilidad de obtener todo el oxigeno que deseen; de lo contrario, el crecimiento se verá retrasado considerablemente.
La base del propagador se debe cubrir con una capa de 1 o 2 cm de grava delgada.

Este material que se ve aquí lo venden en casas de materiales para construcción en México con el nombre de hormigón, y es bastante barato.
Esta capa, junto con los orificios, constituye el "drenaje" del propagador. Evita que las partículas más finas del sustrato de germinación se salgan con facilidad por la parte inferior, y crea una interfaz entre el exterior y el sustrato que beneficia la aireación de las raíces.
Después, se debe llenar con el sustrato de germinación de su elección hasta unas 2/3 partes del contenedor.

La altura final dependerá mucho de la especie a sembrar, puesto que algunas crecen muy rápido y ganan en altura, mientras que otras son de lento crecimiento y no requieren mayor espacio entre la tapa y el sutrato.
De cualquier forma, es importante dejar una altura de sustrato considerable, y en proporción al tipo de crecimiento de la planta, puesto que la mayor parte de la actividad de una plántula se lleva acabo bajo tierra, así que es necesario proporcionar un buen sustrato, en cantidades suficientes para que las raíces puedan desarrollarse sin limitaciones de espacio ni de oxígeno.
El sustrato que empleo es una mezcla de varios materiales. Lo importante aquí es que esté compuesto en su mayor parte por materiales de partícula fina distribuidos entre orgánicos y minerales.

El material con contenido orgánico no deberá representar más del 40% del volumen total de la mezcla. En mi mezcla yo empleo turba, también conocido como peat moss. Es el que tiene aspecto de fibras. Este material ayuda a retener humedad y satisfacen las necesidades orgánicas de las plántulas.
El resto del sustrato debe componerse de materiales inorgánicos minerales de partícula fina. Al menos un tercio del total deberá ser arena fina. La arena impide que el material orgánico se compacte y se haga duro, lo cual impide el desarrollo de las delicadas raíces. Yo empleo arena que venden también en casas de materiales para la construcción.
Adicionalmente, empleo arena fina de un material que en México se conoce como tezontle. El tezontle es un mineral de origen volcánico de color rojo y que presentan una alta porosidad (pueden ver fotos en google). Sus partículas más gruesas también pueden utilizarse para el drenaje del propagador, pero para el sustrato deberá tamizarse y emplearse únicamente la parte más fina. Alguna que otra partícula relativamente grande es deseable, por lo que no hay que ser escrupuloso en esto. Las partículas grandes también proporcionan una buena aireación al sustrato y cierta retención de humedad, sobre todo si son de materiales porosos.
Finalmente, a la mezcla agrego un poco de un material conocido como tepojal amarillo. Este material también es muy poroso pero tiene la tendencia a pulverizarse de manera muy fina y a constituirse en una especie de arcilla. La arcilla, por su parte, tiende a regular la acidez del sustrato, lo cual es benéfico para las raíces y otros proceso bacterianos involucrados en el buen desarrollo de las plántulas. Alguna que otra partícula relativamente grande de este material también es deseable.
Nuevamente se recomienda no ser desmedidamente escrupulosos y desarrollar un sentido común en este tema. Otro tipo de plantas pueden requerir modificaciones a este sustrato genérico para germinar cactáceas y suculentas. Utilicen materiales que tengan fácilmente a su disposición en su zona y que sean baratos.
El siguiente paso necesario es humectar todo el sustrato con la ayuda de agua hirviendo. De esta forma se eliminan las posibles bacterias no deseadas que pueda contener el agua o, en su caso, el alto contenido de cloro que suele tener el agua de la llave y que no ayuda a la germinación.

El sustrato debe quedar completamente húmedo. A diferencia del método del frasco, aquí, el eventual exceso de agua se elimina fácilmente por el drenaje del contenedor.

Hay que tratar de mantener cerrado el propagador de aquí en adelante durnete el mayor tiempo posible, y no abrirlo más que en casos necesarios.

Algunas personas optan por "esterilizar" también la mezcla del sustrato metiéndola unos 10 minutos al horno de microondas. Yo en lo personal suelo hacerlo en ocasiones y en ocasiones no.
Cada quien puede hacer sus experimentos e implementar su técnica. En este caso únicamente utilicé agua hirviendo, pues me parece que es suficiente para cocinar cualquier bicho, o espora o semilla no deseadas que estuvieran ya presentes en el sustrato y puedieran afectar el crecimiento de nuestras plantas.
En una charola pequeña coloco un poco más de agua hervida con una o dos gotas de cloro.

Aquí vamos a bañar nuestras semillas durante unos cuantos minutos antes de llevarlas al interior de propagador. Esto lava la superficie de la semilla, eliminando cualquier hongo que pueda estar adherido a ella, a la vez que ayuda a remojar y a ablandar previamente el recubrimiento de la semilla, lo cual ayuda a mejorar el tiempo de germinación.
Nota: hay que esperar a que el agua se enfríe antes de meter las semillas.
Para controlar mejor las semillas utilizo esta pequeña coladerita. Esto me ayuda a que no anden flotando por todos lados.

Evidentemente sólo funciona para semillas a partir de cierto diámetro. Otras semillas más pequeñas como las de Echeveria o Lithops por ejemplo, pueden sembrarse directamente o sumergirlas en el agua y después recuperarlas por medio de un gotero o una pipeta de preferencia. Una vez en la pipeta, se pueden regar sobre la mezcla.

En esta ocasión sembré Frailea asterioides. También se puede utilizar el gotero o pipeta para dejar caer algunas gotas desde arriba y ayudar a romper la tensión superficial. Así, las semillas logran mojarse en su totalidad.

Con ayuda de una pinza de depilación, coloco una a una las semillas sobre el sustrato. Para cantidades grandes de semillas (arriba de 150) no utilizo pinzas, simplemente las espolvoreo de forma pareja sobre el sustrato. No es necesario enterrarlas o cubrirlas con más sustrato. Basta con depositarlas en él.
Algunas semillas más grandes pueden introducirse un poco más profundo en el sustrato o cubrirse con una capa muy fina de arena; esto ayuda a dar soporte a las plántulas una vez salidas de la semillas.

Es una buena idea sembrarlas relativamente juntas. Las plántulas aman crecer juntas apretadas, otorgándose de esa forma protección y soporte mutuos.
La germinación ocurre en un lapso de que puede ir de unos dos otres días a una o dos semanas, dependiendo de la especie seleccionada.
En el caso de esta foto fue de 4 días, y se trata de dos especies distintas a Frailea asterioides:

La germinación también se puede presentar de forma escalonada. Por lo que ahora ha germinado una primera camada de semillas y a partir de ese momento puede seguir germinando el resto de las semillas a intervalor regulares u "oleadas", hasta que finalmente el propagador queda poblado de bolitas verdes.
Una germinación de 75% es para mi ya un éxito.
La primera parte en salir de la semilla es la radícula. Es el extremo más delgado y lleno de raicecillas a manera de vellosidades.

La radícula transporta la primera humedad al cuerpo principal del embrión. No hay que preocuparse si al principio apunta hacia arriba, la sabia naturaleza la hace encontrar su camino hacia el centro de gravedad, introduciédose de esta forma en el sustrato y proporcionándole anclaje a la plántula.
Es completamente normal que los restos de la semilla queden adheridos a la plántula en un principio. Mas tarde se caen solos y no hay necesidad de ninguna ayuda en esta etapa.

El mejor ingrediente en este caso (como casi a lo largo de toda la vida de la planta) es la paciencia.

Los estremos picudos de la plátula son sus cotiledones. Son las primeras "hojas" de la planta y funcionan como reservorios de energía y alimento, en caso de que no hubiera suficientes en el entorno.
En este caso están de sobra puesto que en el propagador tienen todo lo necesario para desarrollarse sin impedimentos y de manera continua si las condiciones de luz y calor se mantienen constantes.
Es importante permitir periodos de completa obscuridad y de descenso de temperatura para fomentar una germinación adecuada.
Un mínimo de 12 horas de luz es ideal para un crecimiento rápido. Se deberá evitar la luz directa del sol.
Antes de la germinación se prefieren más horas de oscuridad y temperaturas elevadas y constantes. La luz únicamente es necesaria en cuanto comienza a operar la fotosíntesis.

En este macro se observan dos tipos de semillas: una de testa lisa y una de tesa foveolada. Corresponden a dos especies distintas: Epithelanta micromeris y Echinocerus rigidissimus var. rubrispinus, respectivamente.
Ahora es otoño en el hemisferio norte, así que ya se aproxima cada vez más el frío y menos horas de luz. Se deberán buscar fuentes de calor. Yo utilizo la parte superior de mi viejo y aparatoso monitor de 21 pulgadas, que se calienta excelentemente bien para mis propagadores. Tengo un amigo en Alemania que siembra precisamente en Noviembre y utiliza simples lámparas fluorescentes. Por lo que me parece que no hay necesidad de invertir en tubos de espectro completo que suelen ser costosos.
Acá en México no es necesario suministrar luz extra pues tenemos suficientes horas de luz, pero un poco de calor adicional si es necesario.
Para algunas especies es preferible volver a esperar a la primavera. En mi experiencia esto es válido para muchas especies de las asclepiadaceas, y en general otras suculentas africanas.
Para la gente que vive en el hemisferio sur, este es un momento ideal para comenzar a sembrar todo lo que tengan guardado.
Cualquier duda o aclaración que deseen, sólo díganlo.
Saludos y suerte!